Desde que nació, la vida de Kayleigh Kulage, de 5 años, ha estado llena de cirugías, diálisis y citas médicas. Sus padres, Josh y Desiree Kulage, estaban desesperados por encontrar un nuevo riñón para su hija, y cuando finalmente alcanzó los requisitos mínimos de altura y peso para recibir un trasplante, llegó un posible donante del lugar más inesperado: el aula de Kayleigh. Robin Mach, maestra de educación especial de la primera infancia, había estado enseñando a Kayleigh durante más de dos años. Cuando descubrió que Kayleigh necesitaba un trasplante de riñón, "no lo pensó dos veces" antes de ofrecer su órgano.
"Le pregunté a Desiree un día, porque sabía que Kayleigh realmente lo necesitaba, así que pensé, '¿Por qué no intentarlo?'"
-Mach
Ella no considera sus acciones heroicas, solo parte de su trabajo como maestra.
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