Que seamos alguien que vive en una ciudad pequeña o alguien que tiene una empresa gigante no nos impide generar cambios positivos. Las personas con una vida normal pueden levantarse y cambiar el mundo con acciones simples, o las personas con poder pueden cambiar la forma en que realizan ciertas acciones. Tal es el ejemplo de Coca-Cola, que donó más de 8 millones de dólares para llevar agua a comunidades en México, o podemos ver el caso de Amazon, que implementó vehículos eléctricos para entregar paquetes en San Francisco.
Seamos quienes seamos, en la posición económica que tengamos, o en el lugar del mundo que estemos, podemos ser el cambio que inspire a los demás, solo necesitamos despertar con ganas de generar un impacto positivo en el mundo.
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